Biodegradabilidad
Según la legislación vigente,
en un paquete de detergente se puede poner la palabra "biodegradable"
si el tensioactivo (sustancia de los jabones que causa perjuicios a la vida
acuática) deja de tener un 90% de su propiedad de disminuir la tensión
superficial del agua 28 días después de ser vertido a ésta.
Eutrofización
Muchos detergentes
convencionales utilizan fosfatos, fosfonatos o percarboxilatos como
potenciadores. Estas sustancias actúan como fertilizantes de las algas,
haciendo que se reproduzcan muy rápido. La gran cantidad de algas agota el
oxígeno del agua, que deja de estar disponible para la fauna acuática
(microbios y peces), y genera malos olores. Este fenómeno se llama
eutrofización, y ha causado desequilibrios muy graves en lagos y ríos.
Antibacteriales
Últimamente, muchos
detergentes convencionales contienen agentes antibacteriales. No tienen ninguna
utilidad práctica, y en cambio pueden causar problemas a la vida bacteriana
acuática.
Envasado
Las cajas de cartón suelen
ser de cartón reciclado, al menos en parte, y son reciclables. Además se pueden
tirar al bote de basura destinado a residuos inorgánicos, aunque tengan restos
de detergente. Últimamente hay la tendencia de presentar los detergentes
convencionales en bolsas de plástico. Las cuales tienen el inconveniente de que
para transportarlas se necesita un segundo empaquetado. Por otro lado, pocos
fabricantes indican de qué plásticos está hecho el envase, con lo que no
podemos saber si es reciclable o no. Lo más habitual es usar varios tipos de
plástico que no se pueden separar posteriormente, y por lo tanto tampoco se
pueden reciclar.
En la década de 1960 se
implementaron leyes para reducir la cantidad de espuma que generaban los
detergentes sintéticos.